Mallorca, capital del Más Allá literario y del esperpento isleño.
Roberto Calasso, Premio Formentor.
Matas lleva al altar a su hija.
Jaume Matas y Fernando Areal, a la salida de la iglesia tras la boda,
Más de cuarenta escritores,
artistas, catedráticos, traductores y poetas conversaron, durante tres días que
coincidieron en el pasado fin de semana en Formentor (Mallorca), sobre la
poesía, el arte y la literatura. Y entregaron el Premio Formentor al escritor
italiano, Roberto Calasso. El jurado (formado por Basilio Baltasar, presidente;
Victoria Cirlot, catedrática de filología románica en la Universitat Pompeu
Fabra; Francisco Ferrer Lerín, poeta, narrador, filólogo, ornitólogo y
traductor; Ramón Andrés, ensayista, y Vicente Verdú, escritor, pintor y
periodista) discutió la obra del italiano y le concedió este reconocimiento.
“Calasso se pregunta por la historia del mito”, aseguró Cirlot, “y el mito es
lo más alejado del dogma”. Edgardo Dobry, traductor de varios libros de Calasso
al español, destacó que hay en la literatura algo ilegible que debemos leer. El
escritor Vicente Verdú se explayó contra los escritores de novela: “Un narrador
es un tontorrón”, y aseguró que, en contraposición, Calasso suscita preguntas,
“provoca un pensamiento diferente y personal”.
El escritor italiano, director de
la editorial Adelphi, recibió el premio gracias a que su “obra discurre por
senderos narrativos y reflexivos en donde la belleza literaria, el rigor
conceptual y la intuición poética conforman una insaciable inteligencia”, según
indica el acta del jurado. Los miembros del mismo advirtieron que el rechazo
natural de Calasso a todo dogma “y la continua tendencia a la apertura de
caminos, hacen de su pensamiento y de su escritura un auténtico lugar de
aprendizaje, una contestación a la modernidad y una luz que permite ver con la
mayor claridad el fluir de distintas culturas y tradiciones”.
Los autores invitados reflexionaron
sobre sus pasiones. “El mundo del creador es solitario, pero tiene que partir
del mundo exterior”, dijo Juan Antonio Masoliver. “La literatura es un viaje al
Más Allá. Es un error que acierta. Una equivocación que es un éxito”,
reflexionó José Ángel González Sainz. “Barbara Jacobs tiene una escritura con
aristas”, dijo Sonia Hernández, y agregó que “hace reflexiones que nos ponen en
una situación incómoda”. Y ¿qué es el arte sino eso: subversión, una oposición,
la búsqueda de una verdad particular?
Pero Mallorca fue, además,
capital del esperpento con la boda de Marta, la hija pequeña de Jaume Matas, expresidente
del Govern, condenado e investigado en el caso de corrupción Palma Arena, en
una pequeña iglesia del Puerto de Andratx. En la boda, celebrada el sábado
pasado, se pudieron ver juntos a los dos multiimputados, Jaume Matas y su
cuñado Fernando Areal, quienes, presuntamente implicados en múltiples casos de
corrupción, disfrutan de libertad bajo fianza. Matas entró en el templo
acompañado de su hija y de su mujer, Maite Areal, en el pequeño templo, donde
también se pudo a ver a otros invitados, aunque nadie del PP. El banquete de la
boda se celebró en la lujosa finca Biniorella, cercana al lugar del enlace, a
los pies de la Serra de Tramuntana y con unos 300 invitados.
Jaume Matas, tras anunciarse un
posible pacto con la Fiscalía para eludir la cárcel – advertía el pasado
domingo ELPlural.com–,asistió a la boda de su hija en el Port de Andratx, una
de las cunas de los escándalos de corrupción del PP. La valoración de los
gastos de la boda, fue de unos 60.000 euros, causado indignación en la sociedad
balear y en los medios de comunicación, al haberse declarado insolvente el
padre de la novia para evitar la subasta de su palacete por parte de la
justicia.
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