Rita Barberá se lía con su lengua y hace el ridículo.
Entre los “calores” de Rita Barberá y el “relaxing cup of
café con leche in Plaza Mayor” de Ana Botella, ambas alcaldesas del PP en Valencia
y en Madrid, estamos dando un espectáculo lamentable que es el hazmerreir del
mundo entero. Me ahorro hablar de la segunda porque, con el tiempo que le
queda, ya ni vale la pena. Pero no de la primera porque sigue siendo un peso
fuerte del partido que se muestra como ejemplo de toda España. La
alcaldesa de los bolsos Vuitton, la archiduquesa de la fórmula 1, acaba de
hacer una demostración de amor a su tierra y a su lengua que ha dejado
perplejos a los propios valencianos, incluidos aquellos que la votan.
En 2012, Rita incrementó los
ingresos de su actividad política en 10.700 euros. La alcaldesa de Valencia
cobró 102.467 euros netos, según el Boletín Oficial de las Cortes
Valencianas, de los cuales 96.712 se
corresponden a sus cargos públicos. Se trata del cargo público que más cobra en
toda España, por delante del presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas. La
alcaldesa, que hace unas semanas animó a los jóvenes del
PP a tener un trabajo “al margen de la política” que les permita ser “libres”, declara
el doble de ingresos que Alberto Abra, presidente de la Generalitat Valenciana, quien percibió, en 2013, 50.513 euros de rendimientos del trabajo, y
bastante más que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,
que cobra algo más de 78.000 euros. Según Comprimís, Barberá ha cobrado rentas
de su actividad privada, entre otros, 1.268 euros de la
comunidad de propietarios donde vive, hecho que resulta
“curioso” puesto que, según la declaración de bienes “la alcaldesa de Valencia
no es propietaria del piso. “La acumulación de sueldos públicos de la señora
Barberá –ha asegurado Joan Ribó, portavoz municipal de Compromís– es escandalosa
e inmoral. La alcaldesa tendría que dar explicaciones del sobresueldo que cobra
del Grupo Parlamentario Popular de las Cortes Valencianas. Exigimos a los
concejales que hagan publicas sus declaraciones de la renta para ofrecer a los
ciudadanos sus ingresos en detalle, y así poder evitar posibles malentendidos”.
Con
todos estos sueldos, se supone que las palabras de Rita Barberá deberían pesar
como el oro. Pero el discurso de inicio de Fallas pronunciado en
valenciano-castellanizado y con frases mal construidas demostró que una cosa
son sus sueldos y otra, sus palabras cuando está en la tribuna. La
alcaldesa de Valencia realizó, en efecto, un discurso de inicio de fallas
bochornoso, mezclando palabras en castellano y frases sin sentido. A Rita Barberá le bastó
unos pocos minutos para perpetrar un atentado contra la lengua de los valencianos ante la sorpresa y el
asombro de los allí presentes que le escuchaban. Las redes sociales ardieron con
críticas, burlas y montajes. Sobre la esperpéntica escena en Twitter y Facebook, se pueden leer algunos de los
comentarios bajo el hashtag. “Vos anime a que ‘dejeim’ (deixeu)
passar el fred del ‘verano’ (estiu), el fred de l’hivern i busquem (busqueu) el
caloret, el caloret faller, ‘sin duda’ (sense dubte) el caloret del foc i la
flama”, afirmó Barberá, dejando perplejos a muchos de los presentes y ganándose
abucheos y pitidos. La alcaldesa, a viva voz, se esforzó por contagiar emoción
al repetir una y otra vez, casi recitando: “el caloret”, el “caloret”, en la
tradicional Crida, el primer acto de las fiestas falleras en el que se llama a
participar en estas fiestas, y lo cierto es que consiguió llamar la atención.
Rita Barberá hizo el ridículo al destrozar el valenciano en la Crida. Qaesar, en el Ventano, dice que la intervención de la
alcaldesa, vociferando, desde el balcón del Ayuntamiento, en un lenguaje
cuartelero, es un insulto soez a valencianos y valencianas. Es difícil
condensar en un minuto tanto desprecio a una lengua. La
alcaldesa pidió posteriormente disculpas, excusándose de que se quedara en
blanco y confesando que estaba “profundamente disgustada por lo que le ocurrió”.
Hay quien dice que más que quedarse en
blanco, se quedó más con el tinto. A su juicio, “todo el mundo no
tiene todos los días buenos, a veces sale mal” y a ella le “tocó,
desgraciadamente, el domingo, en un acto tremendamente importante para el mundo
fallero y el mundo valenciano”, lo cual lamenta “profundamente”. Pero no me
negaréis –añadió con cierta ironía a los periodistas– que tengo la paternidad o maternidad de
alguna palabra nueva. Eso no me lo puede negar ni quitar nadie!
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