"Ian Gibson, un patriota español con sangre irlandesa".
Ian Gibson
nació en Dublín, en 1939. Dieciocho años más tarde venía a España, siendo un
adolescente, para realizar su tesis doctoral sobre Federico García Lorca, el
granadino universal, y acabó investigando, en vida de Franco, las
circunstancias del asesinato. Se enamoró perdidamente de la cultura española y
se hizo español mucho antes de adquirir la nacionalidad oficialmente. Y se
convirtió en hispanista, biógrafo de Lorca, Dalí, Buñuel o Queipo de Llano y
narrador e investigador de la Guerra Civil. Juan Luis Valenzuela nos lo
recuerda en su entrevista enElPlural.com, mantenida en un encuentro con él en
el trayecto de un AVE Madrid-Málaga.
“Nunca 528 kilómetros me
parecieron tan cercanos en el tiempo. Nunca con ganas de no acabar un viaje...
¡ni para echar un cigarro!”, comenta Valenzuela, ensartando con Gibson un
diálogo sin pausas que duró lo mismo que el viaje, conscientes del único
retraso vigente, el del desarrollo de la Memoria Histórica. “Seguimos
retrasadísimos, vergonzosamente –reconoce el escritor nacido en Irlanda, como
James Joyce–. Es la asignatura pendiente más acuciante que tenemos. Me asquean
los tics de la derecha en relación con el asunto, porque la verdad, en contra
de lo que ellos dicen, es que nadie quiere reabrir heridas. Es una cuestión de
justicia, de decencia, de ética. Mariano Rajoy incluso se ha jactado de no
haber dado ni un euro para ayudar. Si yo tuviera un abuelo en una cuneta lo
buscaría, para darle digno entierro. Quiero creer que los deslenguados Rafael
Hernando y Pedro Casado también. Y luego dicen que son cristianos. En Málaga,
con un alcalde del PP a la cabeza (Francisco de la Torre), sí se han hecho los
deberes, sin problema alguno”.
Ian Gibson va sacar una edición revisada
de su investigación sobre el asesinato
de García Lorca. La primera fue publicada en 1971 por Ruedo Ibérico, en París,
y se prohibió en seguida en España. “Desde
entonces han pasado muchas cosas (y muchas décadas) y sabemos más. Es increíble
la cantidad de páginas impresas
dedicadas desde entonces al trágico suceso. García Lorca hoy es el desaparecido
más célebre y más llorado del mundo entero. No exagero. Es terrible que no
sepamos todavía dónde están sus restos. Quizás
esto cambie pronto, así lo espero”. A lo largo de los últimos tres años
ha revisado lo más importante de su producción literaria y ahora quiere volver
a la ficción. Casi medio siglo hurgando en archivos (en España, en Inglaterra,
en Francia, en Cuba, en Buenos Aires, en Nueva York...). “Ahora, incumbe ver si
soy capaz de hilvanar, sin tener que
consultar más archivo que el de mi memoria y el de mis lecturas, la novela que
llevo percibiendo desde hace tiempo”. Al
margen de escritor en ciernes, reconoce ser ornitólogo desde sus años más
“tiernos” en Irlanda, gracias a su padre, amante de la Naturaleza. “Conocer las dunas de Doñana al amanecer fue
una de mis experiencias fundamentales. El otro día unos amigos me llevaron a
una laguna cerca de Villacañas. Tenía poca agua, por desgracia, y había muchas
aves acuáticas agrupadas en la que quedaba.
Llevaba mis prismáticos y sentí la vieja emoción de siempre. ¿Qué aves
son? Me entusiasman sobre todo los
patos, ánsares y limícolas”. Y reconoce que casi le va cogiendo un poco de cariño
a Rajoy (con quien nunca ha cruzado una palabra). “Hay que entender que no
tiene la culpa de ser quien es, pues todos somos criaturas moldeadas por
nuestras circunstancias particulares, entre ellas, los padres que nos tocaron
(y los tatarabuelos). Creo que se le
nota más, últimamente, su acento gallego. Esto me gusta. Le queda poco tiempo
en el poder y espero que lo disfrute (el tiempo, quiero decir, no el poder), y
que siga recordándonos que un plato es un plato, o sea que una lamprea es una
lamprea. Porque a veces uno llega a creer que no hay nada sólido a que
aferrarse en este mundo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario