España sufre la mayor crisis migratoria de la última década.
Inmigrantes rescatados llevados abordo del barco de rescate Aquarius.
España acogerá a 60 de
los 141 migrantes (entre ellos dos mujeres embarazadas y 73 menores de edad, de
ellos dos menores de dos años), rescatados por el Aquarius frente a las costas
de Libia, después de que gobiernos de Italia y Malta denegaran el desembarque.
Un acuerdo internacional fue alcanzado por el Gobierno español y otros cinco
países: Portugal, Francia, Alemania, Malta y Luxemburgo. El buque 'Aquarius', gestionado
por las ONG Médicos sin Fronteras y SOS Mediterranée, llegó ayer al puerto de
La Valeta, en Malta, donde desembarcaron los inmigrantes tras el acuerdo
alcanzado el martes por la Unión Europea para distribuirse su acogida.
La vicepresidenta, Carmen
Calvo, confirmó que el Ejecutivo estaba trabajando para articular el
procedimiento con la máxima eficacia y seguridad para los rescatados. Las
conversaciones llegaron después de que el 'president', Quim Torra, ofreciese
tres puertos catalanes para el desembarco del 'Aquarius'. Los puertos elegidos
eran el de Palamós (Girona), Vilanova i la Geltrú (Barcelona) y Sant Carles de
la Rápita (Tarragona). El Ejecutivo le recordó que no tenían potestad para
hacerlo porque era competencia estatal pero entabló un diálogo para la acogida.
El president, Quim Torra, con el apoyo de los otros dos
partidos soberanistas en el Parlament, ERC y la CUP, ofreció tres de los
puertos gestionados en exclusiva por la Generalitat de Cataluña para acoger a
los inmigrantes, pidiendo que se permitiera el desembarco “bajo la autoridad”
del Govern y sin intervención por parte del Estado.
La vicepresidenta del
Gobierno, Carmen Calvo, apuntó que Catalunya recibiría a los 60 inmigrantes del
buque. Francia se haría cargo de otras 60 personas, Alemania y Malta de 50 cada
uno, Portugal de 30 y Luxemburgo de 5. Calvo explicó que habían sido “48 horas
de responsabilidad y prudencia”, confirmando que “las personas que estaban en
el Aquarius no corrían peligro” y que “Europa tiene una respuesta para ellos y
una coordinación estable”. Y destacó el papel jugado por Pedro Sánchez en esta
negociación, “un líder que en muy poco tiempo es escuchado en Europa”, aseguró,
sacando pecho por el acuerdo logrado. Además, Calvo confirmó que Italia —uno de
los países más reacios a la colaboración que, de hecho, optó por cerrar sus
fronteras— se ha sumado al acuerdo alcanzado. “Mantienen su política, pero, al
mismo tiempo, han reconocido que entienden que Europa reacciona como Europa”,
dijo Calvo.
En cuanto a las
condiciones que tendrán los migrantes que finalmente lleguen a España, Calvo
insistió en que el Gobierno responderá “con derecho interno y legislación
internacional”, dejando claro que se trata de “fortalecer los valores
democráticos en Europa” y no utilizar más “la inmigración como un arma
arrojadiza política”. Según explicó, “algunos pedirán la condición de asilo” —y
España comprobará si cuentan con los requisitos necesarios para que se les
conceda tal protección—, mientras que los menores, “especialmente vulnerables”,
contarán “con todas las protecciones de nuestro Estado de Derecho”. El problema
no es único ni excepcional. España sufre la mayor crisis migratoria de la
última década. Un total de 534 personas que viajaban en 12 pateras en aguas del
mar de Alborán (284) y del Estrecho de Gibraltar (240) fueron rescatadas por
Salvamento Marítimo en el mismo día de ayer. Unidos Podemos se manifestó “preocupado”
y “decepcionado” por el giro “a la derecha” de Sánchez en política migratoria.
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