Pese a todo, España sigue vendiendo armas a Arabia Saudí.
Un grupo de mujeres reclama justicia en el caso del periodista Jamal Khashoggi.
La familia real de Arabia
Saudita es la más rica del planeta. El rey Salman Bin Abdulaziz Al Saud de 81
años, tiene una fortuna que asciende a 1,400 millones de dólares que
despilfarra en lujos como bajar de su avión privado en una escalera mecánica de
oro. Tiene tanto dinero y es tan excéntrico que en su palacio dispone de una
piscina, sillas, inodoro y dispensadores de papel recubiertos en oro. Viaja
acompañado de un séquito de 1500 personas y 459 toneladas de equipaje. Y
recientemente gasto 30 millones de dólares en una sola noche en una fiesta en
las Islas maldivas.
Todo seguía en Arabia como
en los famosos cuentos “Las mil y una noches” narrados, supuestamente, por la
sultana Sherezade. Hasta que el pasado 2 de octubre, Jamal Ahmad Khashoggi, periodista saudí y
columnista de opinión de The Washington Post que, en septiembre de 2017, había huido de Arabia Saudí a Turquía, escribía artículos críticos sobre el gobierno de su país. Trabajaba en Estambul como redactor del
periódico saudí Al Watan, convirtiéndolo en una plataforma para los progresistas
saudíes, hasta que fue decapitado y desmembrado con una sierra para cortar huesos,
posiblemente bajo las órdenes del “moderado” príncipe heredero Mohammed Bin
Salman, quien también hizo desaparecer disidentes y bombardea a niños en Yemen.
Jamal Khashoggi entró al consulado saudí a recoger un permiso para casarse y no
volvió a salir con vida. Un crimen espeluznante que ha despertado la
indignación mundial y ha despertado la oportunidad de cambio verdadero en
Arabia Saudí.
El príncipe heredero Mohammed
Bin Salman ha sido acusado de ordenar asesinatos sangrientos de periodistas. El
convulso fallecimiento de Khashoggi trajo consigo movimientos diplomáticos en
todo el mundo, como la petición por parte de Alemania, el mismo mes de octubre
de 2018, para que todos los países de la Unión Europea suspendiesen la venta de
armas a Arabia Saudí. Y ha aumento la presión de Reino Unido, Francia y Canadá
sobre el príncipe heredero. Hasta el
punto de que Arabia Saudí podría forzarse a hacer cambios verdaderos. Lo que
demuestra que el comercio de armas es la mejor herramienta para influenciar a
los saudíes, y los líderes del mundo están considerando terminar sus negocios
con ellos. Pese a todo, Madrid ha dicho que no está contemplando la suspensión
de la venta de armas puesto que la ONU no ha adoptado ninguna medida contra
Riad.
[KHASHOGGI] El periodista saudí fue descuartizado vivo
LA FAMILIA REAL SAUDÍ
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