La presidenta Fernández se vuelve más prudente.
Tras el fracaso de la reforma agraria, la comunicación del Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner cambia de nuevo de estrategia y de tácticas. La presidenta celebra su primera rueda de prensa desde hace ocho meses, y, coincidiendo con un día de movilizaciones de los sectores agrarios, reconoce la “derrota momentánea” en el Senado. Justifica las decisiones adoptadas durante esos meses y repite que “volvería a hacer todas y cada una de las cosas que hice”. Aunque alega que su Gobierno no ha conseguido explicar bien a la gente el mensaje de su reforma.
Por su parte, los representantes del sector agrícola, durante la inauguración oficial de la mayor exposición agrupecuaria de Argentina, aseguran que permanecerán unidos contra la “arbitrariedad y la injusticia”. El titular de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, una de las cuatro entidades agrarias que se opuso a la importante subida de retenciones, reclama un “diálogo profundo y abierto” con el Gobierno y considera que los cambios reclamados pueden empezar ahora o esperar hasta el 2011, cuando finalice el mandato de la presidenta argentina. “Nunca más el campo será furgón de cola de las decisiones que comprometan su integridad y su destino –advierte–: “Cuando se ofende al campo, se ofende al pueblo, y cuando se ataca al campo, se ataca a la Argentina”.
La presidenta Fernández habla con aparente tranquilidad. Intenta no echar más leña al fuego y opta por un cambio de estrategia, haciendo caso a su nuevo jefe de Gabinate, Sergio Massa. En el 2005, Massa fue electo Diputado Nacional, pero, a petición del entonces presidente, Néstor Kirchner, renunció para seguir al frente de ANSES (Administración Nacional de Seguridad Social). Ahora, tras la crisis de la Cámara de Senadores, reemplaza a Alberto Fernández.
“¿Qué tendrá que hacer la presidenta –se pregunta Daniel Pipo Rossi en su blog– para que el país vuelva a depositar su confianza en ella? ¿Cuáles son los mensajes que tendría que mandar a los ciudadanos para que creamos que ahora dice la verdad? Algunas voces la posicionan enfrentada a su marido (o ex marido), esperando el gran “cisma” peronista, para, de esa manera, comenzar a gobernar “per se”. Aquí se abre una duda de credibilidad”.
Por su parte, los representantes del sector agrícola, durante la inauguración oficial de la mayor exposición agrupecuaria de Argentina, aseguran que permanecerán unidos contra la “arbitrariedad y la injusticia”. El titular de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, una de las cuatro entidades agrarias que se opuso a la importante subida de retenciones, reclama un “diálogo profundo y abierto” con el Gobierno y considera que los cambios reclamados pueden empezar ahora o esperar hasta el 2011, cuando finalice el mandato de la presidenta argentina. “Nunca más el campo será furgón de cola de las decisiones que comprometan su integridad y su destino –advierte–: “Cuando se ofende al campo, se ofende al pueblo, y cuando se ataca al campo, se ataca a la Argentina”.
La presidenta Fernández habla con aparente tranquilidad. Intenta no echar más leña al fuego y opta por un cambio de estrategia, haciendo caso a su nuevo jefe de Gabinate, Sergio Massa. En el 2005, Massa fue electo Diputado Nacional, pero, a petición del entonces presidente, Néstor Kirchner, renunció para seguir al frente de ANSES (Administración Nacional de Seguridad Social). Ahora, tras la crisis de la Cámara de Senadores, reemplaza a Alberto Fernández.
“¿Qué tendrá que hacer la presidenta –se pregunta Daniel Pipo Rossi en su blog– para que el país vuelva a depositar su confianza en ella? ¿Cuáles son los mensajes que tendría que mandar a los ciudadanos para que creamos que ahora dice la verdad? Algunas voces la posicionan enfrentada a su marido (o ex marido), esperando el gran “cisma” peronista, para, de esa manera, comenzar a gobernar “per se”. Aquí se abre una duda de credibilidad”.
¿Están sus declaraciones en la nueva línea de la presidenta? Pese a todos los percances, asegura que la inversión extranjera sigue aumentando espectacularmente en la Argentina y muestra su sorpresa por la seguridad, superioridad y discurso del candidato favorito entre los latinos, Barak Obama. Una diplomática manera de hacerse con su necesario apoyo, caso de que sea elegido presidente de los EEUU. Pero, perdida casi toda su credibilidad, tiene que conformarse con la programación normal en la televisión, mientras las grandes cadenas optaban por películas taquilleras o por emitir Los Simpsons no censurados.
1 comentario:
estupendo.chiflos
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