20 de octubre. Una oportunidad desnuda... y perdida.
Un forofo de la selección de fútbol del País de Gales, tras saltar desnudo sobre el césped.
Me refiero al llamamiento de la supervicencia de la especie, en una crisis y en un caos que se ciernen amenazadores sobre nuestro mundo. El estado de deterioro y de peligro en que se encuentra el planeta se merece un toque de atención antes de que los sistemas orgánicos vitales entren en colapso total. Muchos se preguntan qué ha significado para nuestro bienestar y nuestro progreso la sofisticada tecnología, la llamada globalización, el conocido “avance de la sociedad” en estos últimos cincuenta años. En todo caso, se trata de un avance parcial, egoista y perverso para una mayoría de habitantes que pasa hambre y sed y que es testigo de la brecha que se ahonda cada vez más entre los más pobres y los más ricos. Las consecuencias ilimitadas del crecimiento y desarrollo nunca llegarán a todos. Para nosotros, la sociedad de consumo nos ciega cada vez más, pero, para los países pobres del tercer mundo y parte de este, el hambre, la guerra, la injusticia y la deshumanización no dejan de cebarse contra ellos. El equilibrio entre ambos mundos nunca se conseguirá, porque ni siquiera se persigue. Y mientras que una minoría se aprovecha de los mejores recursos de la tierra, una mayoría sufre el caos y la miseria.
Este es el móvil en el que pensaba cuando vi la imagen del forofo de la selección de fúbol cruzar el campo en pelotas. Es la clase de llamamientos que este desnudo insólito podría haber anunciado mediante una frase escrita en un cartelito que, por cierto, no vimos en el caso del que hablamos. Por eso siento la oportunidad perdida de este personaje que consiguió, con su desnudo, la atención del público por unos segundos y la mirada de las masas. Estoy seguro de que, si hubiera sido porque reivindicaba algo que valiera la pena, como esta terrible injusticia del mundo saciado y del mundo hambriento, se le hubiera mirado con ojos distintos y su desnudo hubiera valido la pena.
Ignoro las razones escondidas por la que el anónimo forofo de la selección de fútbol del País de Gales saltara desnudo al estadio olímpico de San Marino en el partido para la Eurocopa 2008. El gesto –tan simple como ingenuo para que los espectadores del estadio y los de Internet se fijen en su “proeza”– me parece inusual aunque reconozco que, de vez en cuando, hay quien practica esta costumbre ante las masas enfebrecidas por los goles de la victoria o de la derrota. Pero, los motivos que llevan a un espectador a desprenderse de sus ropas pueden ser curiosos y variopintos. Aunque también puede que éstos falten. En todo caso, seguro que los entendidos en publicidad ya han captado la imagen para futuras promociones publicitarias. Sea lo que sea, a mí se me ocurre un móvil por el que algunos justificarían tal actitud.
Me refiero al llamamiento de la supervicencia de la especie, en una crisis y en un caos que se ciernen amenazadores sobre nuestro mundo. El estado de deterioro y de peligro en que se encuentra el planeta se merece un toque de atención antes de que los sistemas orgánicos vitales entren en colapso total. Muchos se preguntan qué ha significado para nuestro bienestar y nuestro progreso la sofisticada tecnología, la llamada globalización, el conocido “avance de la sociedad” en estos últimos cincuenta años. En todo caso, se trata de un avance parcial, egoista y perverso para una mayoría de habitantes que pasa hambre y sed y que es testigo de la brecha que se ahonda cada vez más entre los más pobres y los más ricos. Las consecuencias ilimitadas del crecimiento y desarrollo nunca llegarán a todos. Para nosotros, la sociedad de consumo nos ciega cada vez más, pero, para los países pobres del tercer mundo y parte de este, el hambre, la guerra, la injusticia y la deshumanización no dejan de cebarse contra ellos. El equilibrio entre ambos mundos nunca se conseguirá, porque ni siquiera se persigue. Y mientras que una minoría se aprovecha de los mejores recursos de la tierra, una mayoría sufre el caos y la miseria.
Este es el móvil en el que pensaba cuando vi la imagen del forofo de la selección de fúbol cruzar el campo en pelotas. Es la clase de llamamientos que este desnudo insólito podría haber anunciado mediante una frase escrita en un cartelito que, por cierto, no vimos en el caso del que hablamos. Por eso siento la oportunidad perdida de este personaje que consiguió, con su desnudo, la atención del público por unos segundos y la mirada de las masas. Estoy seguro de que, si hubiera sido porque reivindicaba algo que valiera la pena, como esta terrible injusticia del mundo saciado y del mundo hambriento, se le hubiera mirado con ojos distintos y su desnudo hubiera valido la pena.
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